El grupo Orión

Componente, AR/UBA/FFYL/IHTA/CCBDAA1_1221
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Fecha
;20 de diciembre 1940
Alcance y Contenido
Romero Brest, J.;Grupo Orión formado por artistas Plásticos y escritores acaba de hacer una fugaz aparición en los salones de Amigos del Arte.La duración escasa de la muestra no permitió el estudio ahincado de las obras como para emitir un certero juicio individual, pero sí para expresar algunas consideraciones generales respecto a la actitud estética de los componentes del grupo.Se ve orientarse a sus componentes por caminos diversos, dentro de las formas nuevas del arte, aunque perduren algunos resabios de academia.Atacan a los ismos (Aschero), pero al mismo tiempo los defienden en bloque (Forte) y los siguen con escrupulosidad en los cuadros y en los fragmentos poéeticos publicados.Preponderantemente superrealistas, o pretendiendo serlo tratan de alcanzar lo qu e Ideal Sánchez ha sabido expresar muy precisamente: "Rodeadas de una misteriosa oscuridad, desde el fondo traslúcido del ser, emergen las formas ideales de una insospechada realidad". Ambientes y formas esotéricos, que sólo guardan un leve parentesco con las inteligibles de la vida cotidiana, caracterizan a los cuadros.Se mueven en una constante paradoja: por una parte quieren hacer la luz en el misterio, hacerlo diáfano; por la otra, eluden las formas que podrían hacerlo aprehensible.Hace poco tiempo destaqué la importancia de estos grupos de jóvenes artistas, siempre icinoclastas, que denotan la benéfica savia del entusiasmo y de la vida que se vive, no sólo la que entraña existencia vegetativa.Es evidente que en su afán de captar y expresar el sentido espiritual de nuestro tiempo, han caído en la adopción de formas extrañas a nuestra realidad espiritual; pero es preferible una retórica moderna, aunque fuese sólo por la intensión, que una suicida perduración de formas vacías, aunque sean bien realizadas, que no podrán constituir el repertorio del arte en una cristalización futura. Es preferible ser imperfectamente actual y no perfectamente inactual.Desde este punto de vista la actitud del Grupo Orión no sólo es simpática sino que merece el respeto y la consideración que se gana la juventud cuando aborda seeriamente la posibilidad de expresarse como tal. Quieren los jóvenes de Orión penetrar en el misterio y hacer la luz en él gracias a sus anticipaciones fantásticas, pero no se deciden a mirarlo cara a cara, con valentía y con sinceridad, y por eso tienen de él una visión en extremo impersonal. Y essto es así porque no hay un accesible y coherente misterio universal, expresable como tal, sino una posibilidad de lllegar hasta él adentrándose en esta nada mistriosa vida común y vulgar que nos rodea y nos aprisiona. Mirándola y penetrándola se descubren los enlaces que la relacionan con el misterio total de la vida, cuya expresssión absoluta se busca. Sólo mediando esa vida intrascendente en apariencia se traba contacto contacto con la realidad espiritual trascendente. Por esto el artista debe mirar al a naturaleza y al hombre, en sus múltiples facetas, no para reproducirlos, sino para que sirvan de vehículos, primero en la propia develación del missterio en el alma creadora, lluego, para que cuaje en una creación objetiva inteligible.El superrealismo nació en un clima espiritual "sui géneris" que implicaba un ciclo de expresión artística, finito en Europa, no desarrollado aún en América. Allí tiene sentido; transplantado a Buenos Aires carece totalmente de él. Aunque parezca paradógico, este superrealismo porteño no es expreesión de arte porque no es superrealismo. Tiene de él su vesstidura, no el espíritu.Han olvidado a la naturaleza y a la vida humana y se han lanzado a la pura invención, manufacturando en el vacío, en la absoluta irrealidad.Ortega y Gasset, en un recentísimo artículo publicado en "La Nación", ha hecho una fina distinción entre la "ideas ocurrencias" y las "ideas creencias". Las primeras son las que el hombre inventa, piensa, se le ocurren; las segundas, las que encuentra fuera de sí, como siendo la realidad misma. Nuestra época carece de creencias, las cuales no alcanzan a constituir una unívoca realidad para el arte. Los artistas se entregan con fe a sus invenciones y ocurrencias sin caer en la cuenta de que carecen de valor porque no alcanzan a la universalidad que es menester. Ocurrencias que carecen de vínculos que los enlacen con las creencias-individuos desconectados de la vida social- son como cabos sueltos de cables imaginarios cuyo amarre es imposible de encontrar. Por eso sus ideas ocurrencias son incomprensibles. El mismo Ortega y Gasset asegura que "no puede darse una creencia, en la plenitud del término, sino es colectiva".No se trata de volver la espalda a la experiencia europea, única tradición artística para nosotros. Tampoco está la solución en adoptar fríamente sus conquistas sin vertebrarlas en nuestra realidad.El mal radica, a mi juicio, en que se pretende asimilar la cultura a manos llenas, con un ritmo que entraña la desvinculación entre aquella y las fuentes perennes que le dan sentido: la naturaleza y la vida humana. La cultura no se enriquece por la adopción apresurada de formas o procedimientos que sólo se justifican en otros países de acendrada espiritualidad, sino cuando el ritmo justo de la influencia permite que sea una asimilación y no una indigestión. La mesura y el ritmo lento han de lograr que lo que debe ser una lección moral no se transforme en un mero repetir y adoptar.La naturaleza no da saltos, tampoco el hombre que crea puede darlos. El artista está ceñido a una realidad que le determina sus posibilidades de creación y de evolución. Ningún eslabón de la cadena puede suprimirse. Los jóvenes artistas de Orión quieren dar ese salto que los sitúe en un plano de depurada espiritualidad, sin caer en la cuenta de que no es posible darlo mientras este no exista. El gesto depretendida espiritualidad se transforma en pirueta, y el salto fracasado en su extensión, les hace caer en el vacío.Este apuro por lograr formas maduras y espirituales les hace descuidar a los jóvenes artistas de Orión como a tantos otros en el país, lo que debe constituir el primer eslabón de su aprendizaje: aprender a pintar. Sólo quien consume los años de su juventud en una lenta y laboriosa investigación de los medios de expresión puede, al llegar a la madurez, entrever las formas universales de ese misterio del espíritu que toda obra de arte entraña: pero lo espiritual se da por añadidura después de un lento trabajar en la materia.Olvidan y rechazan, además la historia, sin caer en la cuenta de que en ella están los eslabones que deben unirse con el que sean capaces de forjar en nuestros días, y por esto no hacen obra perdurable.Los componentes del grupo Orión-en especial Bruno Venier y Orlando Pierri-tienen condiciones sobresalientes para el arte que cultivan; pero en todos ellos las pretensiones de expresividad espiritual superan a las posibilidades que se derivan de su conocimiento de los medios de realización.
Ayudas para la búsqueda
1;42;9
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