Groussac, François Paul

Persona, AR_UBA_FFYL_FPG1848
Historia administrativa / biográfica
François Paul Groussac (1848-1929) fue un escritor, historiador y novelista. Nació en Toulouse, Haute Garonne (Francia), el 15 de febrero de 1848. Inicio estudios en el liceo de la ciudad natal, y luego rindió examen de ingreso en la Escuela Naval de Brest, donde fue admitido, pero no se incorporo por la seducción que ejerció en su espíritu un viaje alrededor del mundo, que al final termino en París, al quedar exhaustos sus bolsillos. Su orgullo no le permitió regresar al hogar materno y opto por dirigirse a Burdeos. En el primer barco a partir, decidió embarcarse, y lo hizo en el "Anta" rumbo a Buenos Aires, donde llegó en febrero de 1866. Tenía 18 años de edad, ignoraba el idioma pero poseía sólidos conocimientos clásicos y carecía de profesión. Se traslado al campo, donde obtuvo una pasantía de ovejero en San Antonio de Areco, entre vascos y paisanos, impregnandose de la contemplación de la llanura.

De regreso a la ciudad, se fue vivir a una casa de la calle Perú y Moreno. Comenzó a estudiar la lengua española, y en 1870 obtuvo una cátedra de matemática en el Colegio Nacional fundado por Mitre. Fue entonces cuando conoció a José Manuel Estrada y a Pedro Goyena. Asistió a las tertulias de la "Revista Argentina" dirigida por estos jóvenes, y a pedido del segundo, colaboró con un estudio sobre José de Espronceda, escrito en castellano, que intereso al ministro de Instrucción Pública, doctor Nicolás Avellaneda, hasta el punto de que lo llamo a su despacho y le ofreció cátedras en el Colegio Nacional de Tucumán, en 1871. Ëste torció su destino porque pensaba Groussac regresar a Francia y lo convenció de marcharse a la provincia del Norte. Fue designado profesor de matematicas, el 7 de febrero de 1871, y se desempeñó hasta marzo de 1874, en que fue suspendido por el Rector José Posse, y a pedido de este, expulsado por el Presidente Sarmiento al mes siguiente. El motivo de su alejamiento se encuentra explicado en el artículo periodístico titulado: El Colegio Nacional. Su decadencia y ruina, atribuyéndolo a una cuestión de incompatibilidad de horario, pero sobre todo se debía a las críticas incisivas que formuló.

Vino a Buenos Aires para intervenir en el Congreso pedagógico de 1872. Fue director de enseñanza de la provincia y de 1874 a 1878, inspector nacional de educación, en este último año, asumió la dirección de la Escuela Normal de Tucumán. Mereció críticas por su trato demasiado severo y hasta debió batirse a duelo. En tanto, fue arriero de mulas en el camino de Bolivia, lector incansable de todas las novedades literarias "en una aldea de Cuyo o en un tambo de Bolivia", periodista de "La Unión" y "La Razón". Asimilado al medio provinciano, vivió sus inquietudes y formo allí su hogar. No perdió contacto con Buenos Aires, adonde enviaba sus colaboraciones que eran publicadas en "La Tribuna". Allí apareció su estudio sobre el libro de Mansilla, "Una excursión a los indios ranqueles" y una carta abierta al presidente Avellaneda, a quien refutaba sus opiniones sobre la necesidad del dolor como elemento indispensable en la existencia de los grandes poetas.No tardo en publicar su "Ensayo historico sobre el Tucuman" escrito por encargo del gobierno de la provincia para figurar en una memoria presentada a la Exposición Continental de 1882, que fue premiada. Era su primer libro, y significaba un esfuerzo oportunamente señalado por Sarmiento, Avellaneda y Goyena. Estaba en la plenitud de su carrera vocacional.

En los primeros meses de 1883, después de conocer a Sarmiento en su viaje a Montevideo, Groussac empezó a preparar su viaje a Europa, hacia donde partió el 8 de marzo. Envió a "Le Figaro" algunas páginas sobre "L'Evangeliste" de Alfonso Daudet, las cuales aparecieron también en dos diarios de Buenos Aires. Se vinculo con Emilio Zola, Edmundo de Gongourt, Sarcey, Victor Hugo y otros escritores. De regreso a fines del año de su partida. Groussac, trajo una personalidad hecha en el mundo de las letras. El doctor Wilde, ministro de Institución Pública en la presidencia del general Roca, lo nombró el 2 de octubre de 1883, Inspector de enseñanza secundaria en reemplazo de don José María Torres, que siguió al frente de la Escuela Normal de Paraná, la reorganización del personal de enseñanza y emprendió la reforma del plan de estudios. En 1884, se hizo cargo de la gerencia del diario porteño "Sud-América" del que era redactor, y en el que actuaban Carlos Pellegrini, Roque Saenz Peña, Delfín Gallo y Lucio V. Lopez. En esas columnas dio a conocer en folletin Fruto Vedado, contemporanea a La Gran Aldea. Es un relato de acento autobiográfico cuya acción en gran parte transcurre en el Buenos Aires de 1873, año de los preparativos electorales de la candidatura presidencial de su amigo, el doctor Avellaneda y luego traslada el escenario de la novela hasta la ciudad de Tucumán, al que suceden París, y finalmente, el desierto africano de los Touareg.

El 19 de enero de 1885, fue designado director de la Biblioteca Nacional, en reemplazo de José Antonio Wilde, que acababa de fallecer. En ese cargo centro su actividad, interrumpiendola solo para viajar hacia algunos países. Visitó Estados Unidos durante los ocho meses que mediaron entre comienzos de junio de 1893, y el final del próximo enero de 1894. Sus agudas observaciones con "ojos de pintor y criterio sociólogo" fueron compiladas más tarde en un volumen seductor: Del Plata al Niágara (1897), de crónicas de viajes. En varias oportunidades, viajó a Europa en 1898, 1907, 1911 y 1925. Trabajo con entera dedicación en su obra, y el 12 de febrero de 1895, publicó la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, que es una noticia de la evolución de esa casa, complementada por una exposición de su funcionamiento. En otro texto configuro el discurso pronunciado en la inauguración del nuevo edificio de la calle México en un acto llevado a cabo el 27 de diciembre de 1901. La ceremonia revistió lucimiento notorio y contó con la asistencia de teniente general Roca y de su ministro de Instrucción Pública. También se editó bajo el título de Noticia Histórica sobre la Biblioteca Nacional de Buenos Aires (1810-1901). Como director de la Biblioteca, Groussac emprendió dos publicaciones memorables: la revista mensual rotulada "La Biblioteca", ocho tomos aparecidos entre 1896 1898 y los Anales, diez tomos que se sucedieron en el quinquenio de 1900-15. En la primera colaboraron firmas de gran valor con articulos novedosos, y en los Anales, se publicaron documentos relativos a la historia del Rio de la Plata, con introducción y notas del director. Algunos de estos amplios y valiosos estudios constituyeron varios de sus libros, como Santiago de Liniers, conde de Buenos Aires, 1753-1810 (1907); ensayo histórico sobre "el héroe franco-hispano-argentino" de la Reconquista y la Defensa de Buenos Aires"; Mendoza y Garay, en dos tomos, es otra obra suya que lleva los nombres de los fundadores sucesivos de la ciudad de Buenos Aires, trabajo de investigación realizado con los documentos existentes en la Biblioteca Nacional copiados del Archivo de Indias de Sevilla. Un tercer aunque no orgánico como los anteriores, es el volumen de Estudios de Historia Argentina (1918), con artículos de valor referidos al padre José Guevara y a don Diego de Alvear; otro que evoca al doctor Diego Alcorta a través de su actuación como médico y en la cátedra de Ideología de la Universidad de Buenos Aires, y las Bases de Alberdi y el desarrollo constitucional. Al celebrarse el centenario de la Independencia, en 1916, escribió "El Congreso de Tucumán", donde se ocupó de la labor de los congresales, trayendo datos interesantes. Los dos volúmenes de "El viaje Intelectual", 1°serie (1904), 2° serie (1920), son álbumes de retratos y paisajes magistrales. En "Los que pasaban" (1919), realizó también como retratista una galería de magníficas figuras tomadas del natural, hombres a los que conoció personalmente y que eran trazos de la historia contemporánea, como fueron Estrada, Goyena, Avellaneda, Pellegrini y Sáenz Peña.

Su obra de creación puramente literaria contó con una recopilación de "Relatos argentinos" y en francés publicó "Les lles Malouines", alegato en favor de nuestra soberanía sobre aquellas islas, después difundido en castellano. En su lengua editó "Une Enigme litteraire; Le Cahier des sonets; Prosper mérimée y Etudes hispaniques. Colaboró en La Nación, en La Prensa, El Diario, y en Le Courrier Francais, órgano que dirigió en 1894-95, en el que publicó centenares de artículos con variados seudónimos. Además concibió su difundida obra teatral: "La Divina Punzó", escrita en febrero de 1922 y estrenada en el teatro Odeón, el 6 de julio de 1923. En la Biblioteca Nacional dirigió la publicación de un número cuantioso de catálogos que metodizaron el trabajo como: Catálogo de Manuscritos de América, Catálogo de Revistas y Periódicos, Repertorio cronológico y alfabético del Catálogo de Documentos del Archivo de Indias referentes al Río de la Plata. Transcurrieron los años cargados de trabajo, en una labor ininterrumpida hasta que le sorprendió la fatalidad en 1925, con la pérdida del ojo izquierdo a consecuencia de la extracción del cristalino. Lo llevaron a París para hacerle tratar el ojo que le quedaba, pero por un glaucoma también lo perdió, quedándose completamente ciego hasta el final de sus días. Groussac sobrevivió cuatro años a su desgracia. Falleció en Buenos Aires el 27 de junio de 1929, cuando su nombre figuraba entre los valores mas auténticos de la literatura e historiografía argentina.

Fuente: Cutolo, V. (1971). Groussac, François Paul. Nuevo Diccionario Biográfico Argentino (1st ed., pp. 462-464). Buenos Aires: ELCHE.
Acceso
accessible to public
Sitio web relacionado
Viaf;;Wikipedia;
Nota del Archivero
Descripción realizada por Giselle Fagioli. (Persona)
Loading...