González, Joaquín Victor

Persona, AR_UBA_FFYL_JVG1863
Historia administrativa / biográfica
Joaquín Victor González (1863-1923) Jurisconsulto y polígrafo, nació en Nonogasta, departamento de Chilecito (La Rioja), el 6 de marzo de 1863. Fueron sus padres don Joaquin Gonzalez y doña Zoraida Dávila, riojanos como sus abuelos y bisabuelos de ambas ramas. Hizo sus primeros estudios en la casa paterna y en la pequeña escuela de la villa natal. Paso luego a Córdoba para cursar el bachillerato en el Colegio Nacional de Monserrat. A los 18 años se inició en el periodismo local y en la vida literaria con colaboraciones en los diarios "El Interior", "El Progreso" y "La Revista de Córdoba", donde publicó sus primeras composiciones en verso.
En 1884 ingresó a la enseñanza dictando las cátedras de historia, geografía y francés en la Escuela Normal de Córdoba. En 1885 comenzó a escribir su tesis doctoral, Estudio sobre la Revolución, fundando el diario "La Propaganda" y siendo nombrado presidente del Club Universitario Estudiantil. El 4 de mayo de 1886 obtuvo su título de doctor en jurisprudencia en la mencionada Universidad.
De regreso a La Rioja el gobierno lo comisionó para el arreglo de límites entre dicha provincia y Córdoba. El 26 de julio del mismo año fue elegido diputado nacional cuando aun no tenía la edad constitucional requerida, desempeñó su mandato hasta el 30 de abril de 1888. Nombrado miembro de la comisión de estudios para la reforma de la constitución en 1887 redactó en colaboración con Rafael Igarzábal el proyecto de constitución para la provincia de La Rioja. El 25 de mayo del mismo año dió a conocer un valioso artículo sobre la Revolución de la Independencia Argentina. Poco después ingresó al diario "La Prensa" y fue designado primer profesor de la cátedra de Derecho de MInas. En 1888 reingreso a la cámara de diputados y público en ese año su obra inmortal "La Tradición Nacional" evocación legendaria que se vincula con el paisaje, el folklore, la historia y la sociología, En 1889 contrajo matrimonio con doña Amalia Luna Olmos y desde ese año hasta 1891, gobernó La Rioja; sus Mensajes a la Legislatura fueron fecundos en ideas y obras. Volvió a ser electo diputado nacional por el periodo de 1892 a 1986. De nuevo en Buenos Aires abrió su estudio de abogados y se reincorporó a "La Prensa" de cuya redacción formó parte hasta 1901. Otra obra suya fue "Mis Montañas" escrita en 1893 que incorporó a la provincia de La Rioja a geografía literaria del país, es un documento autobiográfico de alta calidad emotiva donde su autor mostrará sucesos, paisajes, cuadros familiares, faenas y fiestas campesinas que le darán perennidad en las letras. En 1894 inauguró la cátedra de Legislación de Minas, iniciándose en la enseñanza universitaria con un breve y sustancioso discurso. Fue vocal del Consejo Nacional de Educación en 1896, y al crearse la Facultad de Filosofía y Letras el gobierno lo designó académico titular. En 1897 dio a luz el manual de la Constitución Argentina, obra de texto para estudiantes y de consulta para especialistas. El 30 de enero de 1888 Córdoba lo eligió convencional para la reforma de la Constitución Nacional y nuevamente representó a su provincia en el Congreso por cuarta vez de 1898 a 1891. Durante su mandato pronunció un contundente discurso dando su interpretación constitucional sobre el federalismo argentino. En 1900 publicó su obra Legislación de Minas, sobre la base de sus lecciones dictadas en la Facultad de Derecho. En ese año dio a la estampa el libro Patria, dedicado a los que en la Argentina se consagran a la enseñanza y a la educación de la juventud e Historias conjunto ameno de narraciones locales. Intervino en un debate en la Cámara de Diputados de la Nación a raíz de un mensaje enviado por el presidente Roca sobre facultades para establecer el estado de sitio en Buenos Aires en un meduloso discurso lo aconsejo. Renunció a su banca en 1901 llamado por Roca para dirigir el Ministerio del Interior y luego el de Justicia e Instrucción Pública. Interinamente desempeño el de relaciones exteriores por fallecimiento de su titular, doctor Amancio Alcorta, le correspondió en esa oportunidad la solución del delicado entredicho motivado por la cuestión de límites con Chile. El 12 de agosto de 1902 pronunció en la colación de grado de la Facultad de Derecho de Buenos Aires un magistral discurso sobre el ideal de justicia y la vida contemporánea de gran interés para los jóvenes abogados. En el mismo mes el presidente Roca envió al Congreso de la Nación un mensaje con el proyecto de reformas electorales redactado por el doctor González que fue sancionado por ley 4161, imponiendo el sistema uninominal en las elecciones nacionales, por ella se permitió la entrada al Congreso del primer diputado socialista el doctor Alfredo L. Palacios. Un libro de la madurez, Ideales y Caracteres de 1903, permite conocer mejor sus ideas metafísicas y religiosas. Durante los últimos 5 meses de la presidencia de Roca en 1904, volvió a ocupar también interinamente el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública sin dejar el del Interior desde el cual presentó al Congreso un proyecto de ley nacional del trabajo, obra de elevado concepto político con un vasto de legislación social que sirvió de base en la materia. El sucesor de Roca, doctor Manuel Quintana, lo designó titular de la cartera de Justicia e Instrucción Pública y en desempeño de ese cargo fundó el 15 de septiembre de 1905 la Universidad Nacional de La Plata disponiéndose la nacionalización cuatro días después. A raíz del fallecimiento del presidente Quintana, renunció al Ministerio pero el sucesor de aquel, doctor José Figueroa Alcorta lo designó presidente de la Universidad de la Plata siendo confirmado por el Senado por el periodo de 1906 a 1909. El 24 marzo de 1906 la Real Academia Española de la Lengua miembro correspondiente de ella. Fue senador nacional en dos períodos en 1907 a 1916 y desde este año al de su muerte. Se lo reeligió en la Universidad durante tres períodos consecutivos y reglamentarios por la Asamblea Universitaria de 1909 a 1912, de 1912 a 1915, de 1915 a 1918. En marzo de este último año al manifestar su deseo de retirarse de la Universidad que había contribuido a transformar y a la que llamaba su hija predilecta se le tributo un grandioso homenaje público en el Teatro Argentino de la Plata. Mientras regio el destino de la Universidad el doctor González no había dejado de ejercer otras actividades. En la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de esa alta Casa de Estudios dictó las cátedras de Derecho Constitucional Argentino y de Derecho Internacional Público e Historia Diplomática Argentina. En 1910, al celebrarse el Centenario de la Revolución de Mayo, escribió el libro "El juicio del Siglo o Cien años de Historia Argentina" que figura entre las creaciones de mas quilates de la inteligencia argentina contemporánea por la densidad de su pensamiento. En 1913 recibió el titulo de académico honorario de la Facultad de Derecho de Córdoba oportunidad en que leyó un discurso sobre "La Universidad de Córdoba en la evolución intelectual argentina". Desde 1914 hasta 1917 inclusive el doctor González produjo una labor importante doctrinaria en dictámenes y discursos parlamentarios sobre El Senado Federal, su constitución, facultades y privilegios, material que reunió en su libro publicado en 1919. Devoto de la literatura inglesa desde su juventud -los isabelinos y los románticos eran sus poetas predilectos sin olvidar por ellos su culto a Dante ni su amor a los clásicos de España y a los grandes líricos de Francia- la lengua de Shakespeare fue su vehículo para aproximarse a los orientales. Su inclinación espiritual de los últimos años hacia "meditaciones definitivas" coincidió con su descubrimiento de Kabir a través de la versión inglesa de Rabindranat Tagore que el tradujo a su vez en versículos castellanos y precedió con un luminoso estudio aparecido en la revista Atenea (La Plata, 1919, n°5). Dejó inédita su versión en verso de la Rudáiyat de Omar Khayyán publicada por su hijo Julio en 1926. Se incorporó a la redacción de La Nación en 1916 y en ese año fue reelegido senador nacional. La idea de Patria fue una constante preocupación en sus estudios y así redactó La Patria Blanca y Bronce y Lienzo con algunas paginas sobre fray Mamerto Esquiú y la biblia. Comenzó a escribir una serie de fábulas nativas que dio termino en 1918 y que en 1923 las reunió en un volumen que fue publicado el año siguiente de su muerte. Hacia 1920 dio término a su libro Patria y Democracia con sus inevitables aclaraciones previas para responder a algunos adversarios en la discusión de los históricos debates sobre el Censo Nacional realizados dos años antes en el Senado, donde se le acusó de xenofobia. En esa fecha leyó en el Museo Nacional de Bellas Artes un original trabajo sobre música y danzas nativas en la que sobresale una hermosa página autobiográfica referente a su vocación educativa, pasión literaria y su admiración ingénita por toda forma de arte y de cualquier naturaleza. También escribió sobre el prócer tucumano Juan Bautista Alberdi en una introducción a las obras selectas de aquel. Propuesto por las Sociedad de las Naciones en 1921 paso a ser miembro de la Corte de Arbitraje de la Haya en las sesiones del 19 y 21 de septiembre de 1922 y pronuncio en el Senado un discurso sobre falta de quorum, a raíz del ausentismo de un grupo de sus miembros, fue entonces cuando logró hacer su confesión política al apremiarsele de haber pertenecido al régimen oprobioso, a lo que contestó henchido de orgullo que no tenía porque ruborizarse de haber pertenecido al régimen que comenzó con Rivadavia que siguió con Urquiza, Mitre, Avellaneda, Roca, Quintana cuyos nombres son una historia de crédito, de justicia y aun de gloria para los partidos políticos que hoy se confunden en la denominación común de conservadores. Esas fueron las ultimas palabras que pronunció en la alta cámara porque después cayo gravemente enfermo y no pudo concurrir sino rara vez. Milito en la Masonería Argentina en la que fue grado 33 y miembro activo del Supremo Consejo. Falleció en su casa de Belgrano en esta ciudad, el 21 de diciembre de 1923 a los 60 años. Su cadaver fue velado en el Congreso Nacional y el sepelio de sus restos se efectuó en el cementerio del norte en cuyo acto hicieron uso de la palabra el Ministro del Interior doctor Vicente Gallo y numerosos oradores. Todos los gobiernos de provincia asistieron al duelo así como también las universidades, academias instituciones educacionales, culturales y científicas del país.

Fuente: Cutolo, V. (1971). González, Joaquín Victor. Nuevo Diccionario Biográfico Argentino (1st ed., pp. 462-464). Buenos Aires: ELCHE.
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